Saberes y Sabores
«La comida es para nosotras una práctica política, en ella ponemos todas nuestras esperanzas. Este catering transforma los sinsabores de un sistema que no nos reconoce, en un lugar de sabores múltiples y luchas que huelen cúrcuma… Ponemos todo nuestro amor en lo que cocinamos, aderezamos con justicia social las ensaladas y… hacemos empanadas de sueños, humitas de cariño, arroz con derechos y cilantro para todas.»
De la reflexión de la autogestión en Sindillar nace el proyecto Saberes y Sabores. Este emprendimiento busca darle independencia económica al sindicato y a las mujeres que en él participan, brindar espacios de trabajo a sus asociadas y volver rentable lo aprendido en los talleres de cocina, atención al cliente, manejo de alimentos, entre otros. La comida es deliciosa, una fusión entre África, Latinoamérica y Catalunya.
La actividad más importante reside en la realización de caterings durante la semana, o bajo pedido de personas o instituciones. Se trata de dar un servicio de comidas, realizadas por las mismas mujeres que integran este sindicato y con la riqueza de tratarse de una variedad de recetas de todas partes del mundo.
Este trabajo trata de dar beneficio económico a las mujeres que realizan este servicio. Una parte va destinada a la (auto)gestión del sindicato, y la otra parte para cubrir las necesidades básicas de las mujeres que participan (bono transporte, luz, agua, material escolar…). Esto podría suponer una contradicción en cuanto a que desde la base del sindicato se pide un trabajo regularizado.
La creación de estos espacios y la necesidad de (auto)gestión viene dada también por la precariedad que mantienen las afiliadas, autogestión que responde a una normativa que no está a favor de los derechos de las trabajadoras del hogar. Es difícil conseguir trabajo para las integrantes del sindicato, sobre todo para las que se encuentran afectadas por la violencia institucional de la Ley de Extranjería y no tienen papeles.